Nacimiento

Acompañar en el nacimiento

El acompañamiento por la persona que la mujer elija forma parte de los cuidados humanizados a la mujer durante el parto. El papel que desempeña esta persona es fundamental para favorecer el buen desarrollo, tanto físico como emocional, del proceso del nacimiento. Existe evidencia de que si la mujer tiene apoyo continuo durante el parto:

  • Se disminuye la duración del parto
  • Se necesita menos analgesia
  • Se utiliza menos oxitocina sintética
  • Hay menos partos instrumentados y cesáreas

También se obtienen beneficios en el posparto:

  • La autoestima de las mujeres se refuerza
  • Aparecen menos depresiones posparto
  • Aumenta la lactancia materna

Para que el acompañamiento del parto sea gratificante tanto para la mujer como para su acompañante es necesario un trabajo previo durante el embarazo. Durante los meses de gestación, la comunicación y el afrontamiento de la ansiedad o las preocupaciones que puedan surgir son claves. La acumulación de tensión que puede generar la inminente llegada de un bebé a casa supone un estrés que, si es intenso, puede hacer aflorar sentimientos de inseguridad o miedo sin saber qué te ocurre o cómo poder ayudar. Puede ser una buena idea repasar juntos cada cierto tiempo los conocimientos nuevos adquiridos durante el embarazo sobre el proceso del parto y la crianza. Compartiendo preocupaciones, pensamientos, sentimientos o problemas se alivia la tensión. Reconocer estos aspectos ayuda a encontrar posibles soluciones u opciones válidas para afrontar con serenidad y plenitud el nacimiento de un nuevo miembro de la familia. El nacimiento vivido sin prisas, con atención plena y con confianza se convierte en una experiencia vital muy placentera. Elaborar conjuntamente un plan de parto también puede ayudar a repasar todas las variables que pueden acontecer durante el proceso del parto. Que la madre pueda expresar anticipadamente a su acompañante qué cosas piensa ella que le pueden hacer sentir bien tanto en el parto o como en los primeros días posparto da herramientas valiosas y opciones de soporte físico y emocional que la otra persona podrá utilizar para satisfacer adecuadamente las necesidades sentidas por la mujer. Durante estas conversaciones se consigue conexión e implicación. Dos cosas muy necesarias para que la persona que acompaña en el proceso pueda vencer sentimientos de timidez, confusión o miedo capacitándola para prestar un apoyo eficaz sin que la persona que acompaña tenga dificultades emocionales.

Un ambiente en el paritorio o en la planta de maternidad relajado, tranquilo, suave y cálido será facilitador para que esa relación de soporte y confianza permanezca. Los profesionales sanitarios que como parte de su labor asistencial también acompañan favorecerán el bienestar mediante la inclusión en sus rutinas de acciones dirigidas a proporcionar un papel activo a la persona que acompaña y a que su presencia sea bien recibida. La mayoría de las mujeres desea ser acompañada en el nacimiento. La vivencia conjunta favorece el vínculo entre los cuidadores principales y con el recién nacido empoderando el autocuidado y la autonomía y dando fuerza y solidez a la familia para afrontar el alta hospitalaria. Podría decirse que acompañar en el nacimiento es un acto puro de compasión en el que una persona se entrega al cuidado de alguien con ternura y afecto. Los actos compasivos dan mucha satisfacción y placer y unen en la gratitud a aquellos que lo comparten. El nacimiento es una oportunidad de crecimiento personal y de pareja fabuloso. ¡Aprovechadlo!