Crianza

¿Qué es la alimentación complementaria autorregulada o baby-led weaning?

Baby-led weaning (BLW) es un término británico que en español se ha traducido por “destete o alimentación complementaria (AC) dirigida por el bebé”. Este propone la realización de la misma mediante el uso de alimentos enteros, con un tamaño y una forma que permita al bebé cogerlos y llevárselos a la boca, como alternativa a alimentos triturados y purés administrados con cuchara por los padres. En definitiva, es la manera fisiológica y natural que tiene los bebes para alimentarse por sí solos.

Durante los primeros 6 meses de vida los niños se alimentan principalmente de la leche de su madre, ya que esta le aporta toda una serie de beneficios para su desarrollo, incomparables con cualquier otro tipo de alimentación. Llegado el momento madurativo donde el bebé está preparado tanto a nivel digestivo como a nivel neurológico, este es capaz de coger los alimentos e introducirlos en su boca de forma autónoma. Esta etapa es una transición donde el alimento principal es la leche y, como complemento, se van introduciendo poco a poco todos aquellos alimentos que los padres facilitan u ofrecen al bebé. Este periodo de transición tiene una duración de aproximadamente 2 años. A partir de ahí, la alimentación con sólidos pasará a ser su principal fuente de nutrientes y la lactancia se mantendrá como complemento todo el tiempo que la madre y el bebé deseen.

Durante millones y millones de años los seres humanos hemos realizado esta transición de forma natural y fisiológica, por lo que no se trata de ningún método novedoso. En un momento determinado de la historia se introdujeron en el mercado nuevas fórmulas de inicio, con bastantes carencias nutricionales. A esto se sumó una desvalorización de la lactancia materna que provocó que esta forma natural de introducción a los sólidos desapareciera en la mayoría de culturas desarrolladas. Con ello se adelantó el tiempo de introducción de alimentos y se modificó su forma de preparación a purés o papillas para que estos pudieran ser asimilados fácilmente.

¿Qué beneficios aporta este tipo de alimentación?

Autorregulación en la ingesta de alimentos y fomento de la autonomía. El lactante toma el control de qué, cuánto, cómo y a qué ritmo comer en función de sus necesidades y preferencias personales. Esto se asocia a una mayor capacidad para controlar el apetito al reconocer las señales de hambre-saciedad y, por tanto, a menor riesgo de sobrepeso y obesidad en la infancia.

Promueve estilos de alimentación saludables, favorece la ingesta de alimentos sanos, equilibrados y naturales, evita el consumo de alimentos ricos en azúcares añadidos, grasas o sal y rechaza los alimentos infantiles procesados.

Fomenta una introducción natural y respetuosa, donde el niño aprende a disfrutar de la comida evitando asociaciones negativas con el acto de comer, aceptando mejor los sólidos y evitando el estrés de una segunda etapa de transición entre los alimentos triturados y los sólidos.

Favorece la estimulación sensorial, el desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas y permite al lactante experimentar con los alimentos descubriendo su color, forma, tacto, textura, sabor, consistencia… El método en sí constituye un verdadero proceso de aprendizaje y entrenamiento para la mejora de las habilidades motoras del lactante: coordinación ojo-mano-boca, masticación deglución, agarre de pinza…

Fomenta el desarrollo de habilidades psicosociales y culturales. El lactante estrecha y afianza los lazos familiares al ser partícipe, como un miembro más, de las comidas familiares.

Mayor comodidad. Con esta forma de alimentar al bebé no existen horarios de comida independientes y se comparte el momento de la comida con la familia. Además, no requiere preparación o cocinado diferente. El bebé puede comer lo mismo que el resto de la familia, adaptado a sus capacidades y necesidades.

Imagen de folleto publicado por la Health promotion Unit de Irlanda.

¿Cómo empiezo?

  • Sienta al bebé erguido.
  • En lugar de darle la comida, ofrécesela. El orden de introducción de los alimentos no es importante. Es mejor introducirlos de uno en uno y esperar al menos 2 o 3 exposiciones al mismo alimento, para detectar posibles intolerancias o alergias.
  • Comienza con comidas que sean fáciles de agarrar.
  • Incluye al bebé en las comidas familiares siempre que puedas.
  • Elije los momentos en los que el bebé no esté cansado o tenga hambre.
  • Sigue ofreciéndole el pecho o el biberón como siempre. La leche es la principal fuente nutricional. Cuando el bebé necesite menos leche, reducirá las tomas por sí mismo. 
  • Ofrécele agua con las comidas para que pueda beber si lo necesita. 
  • No distraigas o apremies al bebé. Nunca forzar ni castigar. 

Consejos

  • Continuar con leche materna todo el tiempo que se desee. No hace falta introducir ningún tipo de leche ni derivados mientras se mantenga la lactancia.
  • Si el bebé se alimenta de lactancia artificial, a partir de los 6 meses es necesario pasar a fórmula tipo 2 en cantidad de 500 a 600ml diarios. A partir de los 12 meses se puede ofrecer cualquier leche de vaca entera.
  • No esperes que coma demasiado al principio, muchos bebés comen muy poco durante los primeros meses. No te obsesiones con las cantidades y piensa en la hora de la comida como un momento más de juego. 
  • ¡Prepárate para limpiar! Puedes poner un hule bajo la trona del bebé para proteger el suelo.
  • Plantéalo como algo divertido, así tu bebé estará dispuesto a probar nuevos alimentos y estará deseando que llegue la hora de la comida.
  • Evita los alimentos con sal o azúcar añadidos como la comida rápida y los platos preparados. Lee las etiquetas cuidadosamente, ya que muchas comidas envasadas, como las legumbres, las empanadas o las salsas, contienen grandes cantidades de sal. Evita también la miel, el marisco, el pez espada y los alimentos elaborados con huevo crudo.
Lactancia

Extracción prenatal de calostro

El calostro es la primera leche que produces. Se produce en los pechos durante el embarazo y los primeros días después del parto. Es un líquido amarillo, espeso y cargado de factores inmunoprotectores, grasa e hidratos de carbono.

¿Qué es la extracción prenatal de calostro y cuándo se recomienda?

La extracción prenatal de calostro consiste en extraer de forma manual pequeñas cantidades de calostro al final del embarazo para administrarlas al bebé después de nacer, si fuera necesario. El objetivo de la suplementación con calostro es evitar el uso de suplementos de leche artificial en determinadas ocasiones en las que se pueden producir hipoglucemias, deshidratación o perdida de peso mayor del 7 %.

Se recomienda si existe:

– Diabetes previa al embarazo o gestacional.

– Inducción del parto o cesárea programada.

– Mala experiencia anterior con la lactancia.

– Embarazo múltiple.

– Retraso del crecimiento.

– Hipoplasia mamaría

– Historia familiar de alergia a la proteína de la vaca.

– Labio leporino.

– Síndrome de ovario poliquístico.

– Dolencia cardíaca o neurológica diagnosticada durante el embarazo que dificulte la succión.

No esta indicada cuándo existe placenta previa, hemorragia al final del embarazo o compromiso fetal.

¿Cuándo y cómo hacer la extracción prenatal de calostro?

La extracción de calostro se realiza de forma manual. Durante la visita de la semana 36 de gestación, la matrona te enseñará cómo hacerlo y te proporcionará el material necesario para que continúes haciéndolo en casa.

A partir de entonces y en tu domicilio puedes extraerte calostro dos veces al día durante no más de diez minutos cada vez. Cuando el calostro comience a fluir se puede recoger con una cuchara limpia para posteriormente aspirarlo con una jeringa. También se puede recoger directamente con una jeringa de 2 ml o 5 ml. Puedes utilizar la misma todo el día, sin dejar que se llene del todo (hay que tener en cuenta que el volumen aumentará al congelarse) y entre extracción y extracción la puedes dejar en la nevera. Al final del día congela las jeringas llenas dentro de un táper o recipiente exclusivo para ellas.

Si no consigues extraer calostro hay que recordar que no hay evidencia de que el volumen de calostro que fluye antes del parto esté relacionado con el conseguido después del nacimiento.

¿Cómo conservar y transportar el calostro?

Etiqueta con tu nombre y apellidos las jeringas e introdúcelas en el congelador dentro de un táper o recipiente exclusivo para ellas.

El día del nacimiento, para transportar las jeringas al centro de nacimiento, introduce el táper dentro de una bolsa isotérmica con una placa de hielo. Al llegar al centro de nacimiento lo entregarás a la matrona que os acompañará. Vuestro calostro se guardará en el congelador correspondiente de la planta de maternidad.

Si el nacimiento se produce por cesárea, se sacará la jeringa del congelador media hora antes de la intervención y se dejará a temperatura ambiente.

Si el nacimiento se produce por parto vaginal, se sacará la jeringa a partir del momento en que la madre esté en dilatación completa e igualmente se dejará a temperatura ambiente.

Después de descongelar el calostro podremos utilizarlo durante 8 horas.

¿Cómo ofrecer el calostro a nuestra criatura?

La manera idónea de tomar calostro es chupar directamente del pecho materno. Si no es posible, o se quiere evitar el uso de suplementos de leche artificial en determinadas ocasiones, como en caso de posibles hipoglucemias, pérdida de peso de más del 7% o deshidratación, se ofrecerá el calostro según consta a continuación.

Si no es posible la succión directa del pecho de la madre dentro de las dos primeras horas de vida, independientemente de la separación o no de la díada madre-bebé, le daremos de 2 ml a 5 ml del calostro cuando el bebé muestre interés para buscar el pecho. Debe realizarse despacio, a ser posible con finger, dedo-jeringa o con un sistema de suplementación adecuado para el recién nacido. 

La madre se extraerá calostro para estimular el pecho y para tener calostro fresco para la siguiente toma.

El resto de calostro transportado, lo podemos utilizar según nos convenga durante la estancia en la sala de maternidad.

¡¡¡Contacta con tu matrona de atención primaria para practicar la extracción y solucionar tus dudas!!!

Lactancia

Mi bebe rechaza el pecho ¿qué puedo hacer?

En ocasiones los bebés pueden rechazar el pecho y esto puede deberse a multitud de causas. Si averiguas el motivo que lo genera, te ayudará a encontrar la solución al problema.

Los recién nacidos son capaces de encontrar el pecho de su madre y hacer una toma espontánea durante las primeras dos horas tras el parto. Suele ocurrir que, después de esta primera toma, se quedan adormilados durante horas, a veces 24 horas y apenas maman. Esto es perfectamente normal y hay que respetarlo mientras no haya una patología que indique lo contrario. Si en este tiempo se intenta poner al niño al pecho, probablemente no lo cogerá. En estas situaciones se habla de un «falso rechazo». Hay que intentar despertar al bebé con caricias y besos y ponerlo en contacto piel con piel. De esta forma, cuando se despierte tendrá el pecho a su alcance y esto favorecerá el agarre y la succión.

Puede ocurrir que los bebés solo quieran mamar de un pecho en cada toma. A veces quieren tomar de los dos y a veces no. En este caso también estamos ante un «falso  rechazo». Lo que ocurre es que se quedan totalmente satisfechos con un pecho y no necesitan seguir comiendo porque su hambre se ha saciado.

Si quieren tomar del mismo pecho siempre y se niegan a mamar del otro, puede deberse a varios motivos:

  1. La postura es inadecuada y dificulta el agarre.
  2. El pezón es plano o demasiado grande y no cabe en la boca del niño.
  3. El bebé tiene dolor de oído, la clavícula fracturada, molestias por la vacunación etc.
  4. Existe una mastitis, lo que hace que la leche tenga un sabor más salado.

En este caso puedes cambiar la posición para dar el pecho. Es importante mantener mucho contacto piel con piel e intentar sacar la leche del pecho que rechaza para que no se llene en exceso y no disminuya la producción de leche en esa mama.

Si rechazan ambos pechos, podría ser debido a que:

  1. El bebe ha tenido una experiencia desagradable (sondajes, aspiración…) que le produce aversión oral.
  2. Se han producido cambios en las rutinas: incorporación de la madre al trabajo, obras en casa, mudanzas, viajes, visitas inesperadas, inicio de la guardería…
  3. La madre se ha quedado embarazada o tiene la regla, lo que puede variar el sabor o la cantidad de la leche.
  4. Ha cambiado el olor corporal de la madre, por ejemplo, debido al empleo de nuevos jabones, perfumes, desodorantes o por sudoración excesiva.
  5. Se ha oído un ruido fuerte o ha habido un movimiento brusco mientras el bebé estaba mamando.

Cuando el rechazo es total y mientras procuras ofrecer el amamantamiento a menudo, probablemente necesitarás extraerte leche con la misma frecuencia con la que el bebé lo habría hecho. Esto te ayudará a aliviar la tensión que pueden tener las mamas cuando se llenan, prevendrá que se obstruyan los conductos por donde fluye la leche y mantendrá tu producción. Una vez extraída, se la podrás proporcionar al bebé para cubrir sus necesidades nutricionales.

Es adecuado intentar que el momento de amamantar sea lo más agradable posible. De esta manera, el bebé asocia la lactancia con un sentimiento positivo. Si vosotras o el bebé sentís frustración, es mejor intentarlo en otro momento.

Paciencia, persistencia, confianza y amor son las claves para que el bebé vuelva al pecho.