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Nuevo docu-web «Parir al segle XXI»

Part respectat. Parir al segle XXI. Descobreix-ho en À Punt Mèdia.

La humanización del parto y la cesárea es un tema clave en cuanto a la evolución o cambio en la atención al parto y el nacimiento durante los últimos años en nuestro país. Los avances científicos nos ayudan a los profesionales sanitarios a tomar decisiones y a cambiar políticas hospitalarias, que se seguían o se siguen realizando en algunos paritorios sin ninguna evidencia científica.

En la actualidad, las mujeres y sus parejas disponen de información veraz que les ayuda a elegir el hospital donde desean acudir y también la atención que recibirán. Las mujeres pueden elaborar su plan de parto a partir de las directrices que proporcionan las guías recomendadas por el Ministerio de Sanidad. Este plan de parto se puede presentar en el lugar donde se produzca el nacimiento.

En el documental interactivo «Parir al segle XXI», podemos ver a cinco mujeres en las diferentes fases del proceso del parto y la primera etapa de crianza: embarazo, parto y posparto, sus vivencias, sus preocupaciones, miedos y también expectativas propias del momento increíble que están viviendo.

A su vez, la visualización del documental puede ayudar a elaborar un plan de parto propio, gracias a la información facilitada por matronas, profesionales del Departament de Salut de La Plana. Esta información puede ayudar a la mujer a poder tomar una decisión informada sobre sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas para cada una de las etapas y procesos que van a transcurrir en el parto y posparto inmediato.

La web es un recurso muy útil, actual y en un escenario idóneo, como es el hospital público de la Plana en Villa-real, (pionero a nivel estatal en parto humanizado y respetado). Todo esto además en un periodo de incertidumbre como el que estamos viviendo por el COVID 19.

Esta web dispone de una herramienta de búsqueda donde se pueden consultas datos en referencia a tasa de nacimientos, inducciones, episiotomías y cesáreas en todo territorio español.

Os invitamos a que descubráis este magnífico documental y a que preguntéis a vuestras matronas de referencia cualquier duda que os pueda surgir al verlo. Esperamos que os guste y que sea una herramienta útil para vuestra familia.

Desde este enlace podéis acceder a todo su contenido:

https://parir.apuntmedia.es/

Crianza

¿Qué es la alimentación complementaria autorregulada o baby-led weaning?

Baby-led weaning (BLW) es un término británico que en español se ha traducido por “destete o alimentación complementaria (AC) dirigida por el bebé”. Este propone la realización de la misma mediante el uso de alimentos enteros, con un tamaño y una forma que permita al bebé cogerlos y llevárselos a la boca, como alternativa a alimentos triturados y purés administrados con cuchara por los padres. En definitiva, es la manera fisiológica y natural que tiene los bebes para alimentarse por sí solos.

Durante los primeros 6 meses de vida los niños se alimentan principalmente de la leche de su madre, ya que esta le aporta toda una serie de beneficios para su desarrollo, incomparables con cualquier otro tipo de alimentación. Llegado el momento madurativo donde el bebé está preparado tanto a nivel digestivo como a nivel neurológico, este es capaz de coger los alimentos e introducirlos en su boca de forma autónoma. Esta etapa es una transición donde el alimento principal es la leche y, como complemento, se van introduciendo poco a poco todos aquellos alimentos que los padres facilitan u ofrecen al bebé. Este periodo de transición tiene una duración de aproximadamente 2 años. A partir de ahí, la alimentación con sólidos pasará a ser su principal fuente de nutrientes y la lactancia se mantendrá como complemento todo el tiempo que la madre y el bebé deseen.

Durante millones y millones de años los seres humanos hemos realizado esta transición de forma natural y fisiológica, por lo que no se trata de ningún método novedoso. En un momento determinado de la historia se introdujeron en el mercado nuevas fórmulas de inicio, con bastantes carencias nutricionales. A esto se sumó una desvalorización de la lactancia materna que provocó que esta forma natural de introducción a los sólidos desapareciera en la mayoría de culturas desarrolladas. Con ello se adelantó el tiempo de introducción de alimentos y se modificó su forma de preparación a purés o papillas para que estos pudieran ser asimilados fácilmente.

¿Qué beneficios aporta este tipo de alimentación?

Autorregulación en la ingesta de alimentos y fomento de la autonomía. El lactante toma el control de qué, cuánto, cómo y a qué ritmo comer en función de sus necesidades y preferencias personales. Esto se asocia a una mayor capacidad para controlar el apetito al reconocer las señales de hambre-saciedad y, por tanto, a menor riesgo de sobrepeso y obesidad en la infancia.

Promueve estilos de alimentación saludables, favorece la ingesta de alimentos sanos, equilibrados y naturales, evita el consumo de alimentos ricos en azúcares añadidos, grasas o sal y rechaza los alimentos infantiles procesados.

Fomenta una introducción natural y respetuosa, donde el niño aprende a disfrutar de la comida evitando asociaciones negativas con el acto de comer, aceptando mejor los sólidos y evitando el estrés de una segunda etapa de transición entre los alimentos triturados y los sólidos.

Favorece la estimulación sensorial, el desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas y permite al lactante experimentar con los alimentos descubriendo su color, forma, tacto, textura, sabor, consistencia… El método en sí constituye un verdadero proceso de aprendizaje y entrenamiento para la mejora de las habilidades motoras del lactante: coordinación ojo-mano-boca, masticación deglución, agarre de pinza…

Fomenta el desarrollo de habilidades psicosociales y culturales. El lactante estrecha y afianza los lazos familiares al ser partícipe, como un miembro más, de las comidas familiares.

Mayor comodidad. Con esta forma de alimentar al bebé no existen horarios de comida independientes y se comparte el momento de la comida con la familia. Además, no requiere preparación o cocinado diferente. El bebé puede comer lo mismo que el resto de la familia, adaptado a sus capacidades y necesidades.

Imagen de folleto publicado por la Health promotion Unit de Irlanda.

¿Cómo empiezo?

  • Sienta al bebé erguido.
  • En lugar de darle la comida, ofrécesela. El orden de introducción de los alimentos no es importante. Es mejor introducirlos de uno en uno y esperar al menos 2 o 3 exposiciones al mismo alimento, para detectar posibles intolerancias o alergias.
  • Comienza con comidas que sean fáciles de agarrar.
  • Incluye al bebé en las comidas familiares siempre que puedas.
  • Elije los momentos en los que el bebé no esté cansado o tenga hambre.
  • Sigue ofreciéndole el pecho o el biberón como siempre. La leche es la principal fuente nutricional. Cuando el bebé necesite menos leche, reducirá las tomas por sí mismo. 
  • Ofrécele agua con las comidas para que pueda beber si lo necesita. 
  • No distraigas o apremies al bebé. Nunca forzar ni castigar. 

Consejos

  • Continuar con leche materna todo el tiempo que se desee. No hace falta introducir ningún tipo de leche ni derivados mientras se mantenga la lactancia.
  • Si el bebé se alimenta de lactancia artificial, a partir de los 6 meses es necesario pasar a fórmula tipo 2 en cantidad de 500 a 600ml diarios. A partir de los 12 meses se puede ofrecer cualquier leche de vaca entera.
  • No esperes que coma demasiado al principio, muchos bebés comen muy poco durante los primeros meses. No te obsesiones con las cantidades y piensa en la hora de la comida como un momento más de juego. 
  • ¡Prepárate para limpiar! Puedes poner un hule bajo la trona del bebé para proteger el suelo.
  • Plantéalo como algo divertido, así tu bebé estará dispuesto a probar nuevos alimentos y estará deseando que llegue la hora de la comida.
  • Evita los alimentos con sal o azúcar añadidos como la comida rápida y los platos preparados. Lee las etiquetas cuidadosamente, ya que muchas comidas envasadas, como las legumbres, las empanadas o las salsas, contienen grandes cantidades de sal. Evita también la miel, el marisco, el pez espada y los alimentos elaborados con huevo crudo.
Lactancia

Mi bebe rechaza el pecho ¿qué puedo hacer?

En ocasiones los bebés pueden rechazar el pecho y esto puede deberse a multitud de causas. Si averiguas el motivo que lo genera, te ayudará a encontrar la solución al problema.

Los recién nacidos son capaces de encontrar el pecho de su madre y hacer una toma espontánea durante las primeras dos horas tras el parto. Suele ocurrir que, después de esta primera toma, se quedan adormilados durante horas, a veces 24 horas y apenas maman. Esto es perfectamente normal y hay que respetarlo mientras no haya una patología que indique lo contrario. Si en este tiempo se intenta poner al niño al pecho, probablemente no lo cogerá. En estas situaciones se habla de un «falso rechazo». Hay que intentar despertar al bebé con caricias y besos y ponerlo en contacto piel con piel. De esta forma, cuando se despierte tendrá el pecho a su alcance y esto favorecerá el agarre y la succión.

Puede ocurrir que los bebés solo quieran mamar de un pecho en cada toma. A veces quieren tomar de los dos y a veces no. En este caso también estamos ante un «falso  rechazo». Lo que ocurre es que se quedan totalmente satisfechos con un pecho y no necesitan seguir comiendo porque su hambre se ha saciado.

Si quieren tomar del mismo pecho siempre y se niegan a mamar del otro, puede deberse a varios motivos:

  1. La postura es inadecuada y dificulta el agarre.
  2. El pezón es plano o demasiado grande y no cabe en la boca del niño.
  3. El bebé tiene dolor de oído, la clavícula fracturada, molestias por la vacunación etc.
  4. Existe una mastitis, lo que hace que la leche tenga un sabor más salado.

En este caso puedes cambiar la posición para dar el pecho. Es importante mantener mucho contacto piel con piel e intentar sacar la leche del pecho que rechaza para que no se llene en exceso y no disminuya la producción de leche en esa mama.

Si rechazan ambos pechos, podría ser debido a que:

  1. El bebe ha tenido una experiencia desagradable (sondajes, aspiración…) que le produce aversión oral.
  2. Se han producido cambios en las rutinas: incorporación de la madre al trabajo, obras en casa, mudanzas, viajes, visitas inesperadas, inicio de la guardería…
  3. La madre se ha quedado embarazada o tiene la regla, lo que puede variar el sabor o la cantidad de la leche.
  4. Ha cambiado el olor corporal de la madre, por ejemplo, debido al empleo de nuevos jabones, perfumes, desodorantes o por sudoración excesiva.
  5. Se ha oído un ruido fuerte o ha habido un movimiento brusco mientras el bebé estaba mamando.

Cuando el rechazo es total y mientras procuras ofrecer el amamantamiento a menudo, probablemente necesitarás extraerte leche con la misma frecuencia con la que el bebé lo habría hecho. Esto te ayudará a aliviar la tensión que pueden tener las mamas cuando se llenan, prevendrá que se obstruyan los conductos por donde fluye la leche y mantendrá tu producción. Una vez extraída, se la podrás proporcionar al bebé para cubrir sus necesidades nutricionales.

Es adecuado intentar que el momento de amamantar sea lo más agradable posible. De esta manera, el bebé asocia la lactancia con un sentimiento positivo. Si vosotras o el bebé sentís frustración, es mejor intentarlo en otro momento.

Paciencia, persistencia, confianza y amor son las claves para que el bebé vuelva al pecho.

Nacimiento

Entendiendo el dolor del parto

¿Qué sabemos del dolor del parto?

En una sociedad donde el dolor está unido a una emoción negativa que hay que evitar y el epicentro de asistencia al parto es cómo aliviarlo, se nos pasan por alto muchos detalles que nos ayudarían a comprenderlo.

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el dolor es «una sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior»; una segunda definición del término es la de «sentimiento de pena y congoja».

Desde que nacemos se nos enseña a eliminarlo y en ocasiones incluso a no expresarlo. No es de extrañar que además nos cueste aceptarlo. A medida que crecemos nos vamos familiarizando con toda una serie de fármacos y remedios para eliminar cualquiera de esas sensaciones que aparecen en nuestro organismo, casi nunca sin preguntarnos porque están ahí. ¿Porqué tenemos dolor?, ¿qué consecuencias tendría en nuestro cuerpo si no existiera esta sensación?

El dolor de parto es una experiencia sensitivo-perceptual y emocional única, que se activa como respuesta fisiológica a un estímulo orgánico producido por las contracciones uterinas y la expulsión del feto y la placenta.

La percepción del dolor varía mucho de unas mujeres a otras, desde las que no perciben ningún dolor hasta las que perciben el mayor dolor de su vida.

Este dolor está influido por diversos factores internos como las experiencias dolorosas previas, los antecedentes obstétricos, el modo personal de vivir la propia sexualidad y de entender el parto, el grado de temor o el nivel de ansiedad que se asocian al parto, la voluntad de la mujer de implicarse activamente en el proceso y sus expectativas.

Otro punto a tener en cuenta es que, en el momento de nuestra vida que empieza a crecer un nuevo ser en nuestro vientre, un sentimiento lo hace al mismo compás: el miedo… miedo a lo desconocido, miedo a las complicaciones y, como no, miedo al dolor de parto.

La palabra miedo proviene del término latín “metus”. Se trata de una alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o eventual perjuicio, ya sea producto de la imaginación o propio de la realidad. Esta emoción sin embargo también funciona como un método de supervivencia, ya que pone alerta a las personas y los animales frente a una amenaza.

De esta manera, el miedo es el que lleva las mujeres embarazadas a leer sobre el parto, a investigar, empiezan acudir a clases, a realizar técnicas de relajación, en definitiva, lo que llamamos preparación al parto. Pero no siempre se expresa así, algunas personas cuando tiene miedo no responden de la misma manera, el miedo puede paralizar y hacer que no encontremos respuesta.

Es curioso pensar que dos sensaciones negativas se unen en un momento clave de nuestra existencia para ayudarnos en una experiencia única como es el nacimiento de un hijo. Aunque nos cueste aceptarlo, como a la mayoría de las emociones negativas que tenemos, éstas son necesarias para alcanzar el equilibrio físico y mental.

En este momento de la vida de las gestantes, el miedo y el dolor podemos decir que son necesarios para lograr la perfección del proceso fisiológico llamado parto.

Las organizaciones científicas nacionales e internacionales reconocen que el parto fisiológico sin intervenciones tiene importantes beneficios para la salud física y mental de la madre, para el bebé y para el vínculo entre ambos.

El dolor del parto no es un rival, es una especie de herramienta que nos habla, nos muestra y nos reconduce en el proceso, podemos escucharlo más alto o bajito, lo importante es reconocerlo y saber escucharlo. Es el guía que nos va a indicar el camino y al igual que el miedo, su intervención es necesaria.

Maternidad

Maternidad en tiempos de COVID-19

Hace unos días nos despertábamos con una nueva noticia en prensa esperanzadora para todas aquellas mujeres que os encontráis en periodo de gestación: una mujer con COVID-19 daba a luz a un hijo sano. Ahora, la mama todavía ingresada en el Hospital General Universitario de Castellón, sigue recuperándose de esta temible enfermedad. La incertidumbre seguro que ha estado presente desde que conoció su resultado y es que la investigación en este tema es escasa, pero con los estudios que ya se han realizado podemos concluir algunos puntos. Diferenciaremos las recomendaciones en tres periodos:

Embarazo

El embarazo no parece ser un factor de riesgo de infección y en caso de contagio, tanto la transmisión como las manifestaciones son las mismas que en el resto de la población.

De conformidad con el art 26 de la Ley 31/1995, debe evitarse que las trabajadoras en situación de embarazo estén expuestas en su actividad laboral a dicho riesgo, por lo que para gestionar la baja laboral deberás contactar telefónicamente con el servicio de riesgos laborales de tu mutua, según el Real Decreto Ley 6/2020 de 10 de marzo. Hasta el momento, el padecer la enfermedad no implica mayor número de abortos en primer y segundo trimestre, ni que la enfermedad afecte al feto.

En caso de presentar fiebre y tos de reciente aparición ponte en contacto con tu matrona. Ella te indicará como seguir con el control de tu embarazo. También debes de ponerte en contacto con el teléfono de la Conselleria de Sanitat para gestionar tu caso (900300555) o descargarte la app GVAcoronavirus y seguir sus instrucciones.

Parto

Actualmente no hay evidencia que sugiera que las mujeres no puedan dar a luz por vía vaginal o que sea más seguro tener una cesárea en caso de sospecha o confirmación de infección por COVID-19.

Todas las mujeres tienen derecho a la información, a dar o negar su consentimiento y a que se respeten sus elecciones y decisiones. Esto incluye el derecho a tener un acompañante de su elección con ella durante su trabajo de parto, nacimiento y durante toda la estancia hospitalaria.

No se recomienda el parto en el agua para evitar la transmisión al bebe en aquellas mujeres que sean positivas o caso sospechoso, ya que se ha detectado COVID-19 en muestras fecales.

No se recomienda el uso de técnicas de analgesia inhalatoria (óxido nitroso) por el elevado riesgo de generación de aerosoles y diseminación aérea del virus.

La analgesia neuroaxial (epidural o combinada), se aconseja si existe el mínimo riesgo de cesárea. Su uso se está limitado en muchos servicios por la necesidad de anestesistas para el cuidado y atención a los pacientes urgentes y en estado crítico.

Si se puede garantizar un adecuado aislamiento entre madre-hijo, se podría valorar la realización del clampaje tardío de cordón y contacto piel con piel tras el nacimiento en aquellas mujeres positivas o con sospecha de infección.

Lactancia materna

No hay evidencia de que el COVID-19 pueda transmitirse al bebé en a través de la leche materna y se recomienda el mantenimiento de la lactancia materna desde el nacimiento, siempre que las condiciones clínicas del recién nacido y su madre así lo permitan.

En caso de ingreso o aislamiento del recién nacido, se recomienda usar sacaleches para estimular y mantener la lactancia materna.

Las mujeres que amamantan no deben separarse de su recién nacidos y pueden continuar dando pecho mientras se pongan en práctica las siguientes precauciones necesarias:

  1. Uso de mascarillas siempre que el bebé esté cerca.
  2. Evitar toser o estornudar si el bebé está al pecho o cerca.
  3. Lavado de manos antes y después de estar con el bebé.
  4. Limpieza rutinaria de las superficies con las que la madre está en contacto.
  5. En caso de uso de sacaleches, extremar la higiene y desinfección de los utensilios.

Por último, es fundamental seguir las recomendaciones generales para evitar el contagio:

  1. Lavado frecuente de manos.
  2. Al toser o estornudar, cubrirse la nariz y la boca con el codo flexionado.
  3. Evitar tocarse los ojos, nariz y boca, ya que las manos facilitan la trasmisión.
  4. Usar pañuelos desechables para eliminar secreciones respiratorias y tirarlo tras su uso.
  5. Evitar aglomeraciones y transporte público.
  6. Limitar las relaciones sociales.
  7. Limitar los viajes a los estrictamente necesarios. 
  8. Ante cualquier duda o problema contactar con la matrona para que indique los procedimientos a seguir.