Lactancia

Mi bebe rechaza el pecho ¿qué puedo hacer?

En ocasiones los bebés pueden rechazar el pecho y esto puede deberse a multitud de causas. Si averiguas el motivo que lo genera, te ayudará a encontrar la solución al problema.

Los recién nacidos son capaces de encontrar el pecho de su madre y hacer una toma espontánea durante las primeras dos horas tras el parto. Suele ocurrir que, después de esta primera toma, se quedan adormilados durante horas, a veces 24 horas y apenas maman. Esto es perfectamente normal y hay que respetarlo mientras no haya una patología que indique lo contrario. Si en este tiempo se intenta poner al niño al pecho, probablemente no lo cogerá. En estas situaciones se habla de un «falso rechazo». Hay que intentar despertar al bebé con caricias y besos y ponerlo en contacto piel con piel. De esta forma, cuando se despierte tendrá el pecho a su alcance y esto favorecerá el agarre y la succión.

Puede ocurrir que los bebés solo quieran mamar de un pecho en cada toma. A veces quieren tomar de los dos y a veces no. En este caso también estamos ante un «falso  rechazo». Lo que ocurre es que se quedan totalmente satisfechos con un pecho y no necesitan seguir comiendo porque su hambre se ha saciado.

Si quieren tomar del mismo pecho siempre y se niegan a mamar del otro, puede deberse a varios motivos:

  1. La postura es inadecuada y dificulta el agarre.
  2. El pezón es plano o demasiado grande y no cabe en la boca del niño.
  3. El bebé tiene dolor de oído, la clavícula fracturada, molestias por la vacunación etc.
  4. Existe una mastitis, lo que hace que la leche tenga un sabor más salado.

En este caso puedes cambiar la posición para dar el pecho. Es importante mantener mucho contacto piel con piel e intentar sacar la leche del pecho que rechaza para que no se llene en exceso y no disminuya la producción de leche en esa mama.

Si rechazan ambos pechos, podría ser debido a que:

  1. El bebe ha tenido una experiencia desagradable (sondajes, aspiración…) que le produce aversión oral.
  2. Se han producido cambios en las rutinas: incorporación de la madre al trabajo, obras en casa, mudanzas, viajes, visitas inesperadas, inicio de la guardería…
  3. La madre se ha quedado embarazada o tiene la regla, lo que puede variar el sabor o la cantidad de la leche.
  4. Ha cambiado el olor corporal de la madre, por ejemplo, debido al empleo de nuevos jabones, perfumes, desodorantes o por sudoración excesiva.
  5. Se ha oído un ruido fuerte o ha habido un movimiento brusco mientras el bebé estaba mamando.

Cuando el rechazo es total y mientras procuras ofrecer el amamantamiento a menudo, probablemente necesitarás extraerte leche con la misma frecuencia con la que el bebé lo habría hecho. Esto te ayudará a aliviar la tensión que pueden tener las mamas cuando se llenan, prevendrá que se obstruyan los conductos por donde fluye la leche y mantendrá tu producción. Una vez extraída, se la podrás proporcionar al bebé para cubrir sus necesidades nutricionales.

Es adecuado intentar que el momento de amamantar sea lo más agradable posible. De esta manera, el bebé asocia la lactancia con un sentimiento positivo. Si vosotras o el bebé sentís frustración, es mejor intentarlo en otro momento.

Paciencia, persistencia, confianza y amor son las claves para que el bebé vuelva al pecho.